
Bien dicen que si Estados Unidos estornuda, le da gripa al mundo y los aranceles de Donald Trump han sido para muchos mas que un simple estornudo. El impacto directo sobre América Latina, se verá reflejando en productos emblemáticos de la región como el café colombiano, el vino argentino, los arándanos peruanos, el camarón ecuatoriano y el salmón chileno, que tendrán que pagar el nuevo arancel del 10% al ingresar a Estados Unidos.
Trump ha bautizado esta medida como parte de su política de «aranceles recíprocos», un intento por igualar las condiciones comerciales entre EE.UU. y sus socios. Sin embargo, esta decisión marca un cambio histórico en la relación entre América Latina y Washington: nunca antes se había impuesto un gravamen generalizado de este tipo a la región. Mientras productos chinos enfrentarán aranceles que podrían superar el 50% y los europeos un 20%, Latinoamérica quedó en un aparente “rango intermedio”. Pero el riesgo es claro: este puede ser apenas el primer paso en una escalada proteccionista que golpee aún más duro en los próximos meses.
¿Qué implica esto para los países latinos?
Si bien el 10% puede parecer manejable, muchos sectores agroindustriales operan con márgenes reducidos. Un aumento de costos puede significar la pérdida de mercado o la renegociación de contratos clave. El consumidor latino en EE.UU. también sentirá el golpe, productos como el café o las frutas importadas de América Latina podrían subir de precio en supermercados estadounidenses, afectando directamente a las comunidades latinas y estadounidenses que consumen y valoran estos productos.
Tensión global con impacto regional
La amenaza reciente de Trump de subir los aranceles a China hasta el 50% si hay represalias ha puesto al mundo en alerta. Y aunque América Latina no es el blanco directo de esa guerra comercial, podría quedar atrapada en el fuego cruzado.
La oportunidad: diversificación comercial
Varios gobiernos latinoamericanos ya exploran nuevas rutas hacia Asia, Europa y África. Esta situación podría acelerar los tratados bilaterales y fortalecer los vínculos intrarregionales.
Un cambio de era
América Latina está acostumbrada a las fluctuaciones del comercio global, pero la imposición de estos aranceles por parte de EE.UU., su socio histórico más importante, marca un antes y un después. El silencio con que se ha recibido la noticia en muchos países no refleja falta de impacto, sino una peligrosa normalización de la incertidumbre. De acuerdo a expertos en tiempos de proteccionismo y tensión, la respuesta no puede ser la pasividad. América Latina necesita una estrategia común, firme y moderna para enfrentar los desafíos del nuevo orden comercial global.