De un carrito a un sueño en expansión: las mellizas venezolanas que a los 14 años conquistan Miami con su emprendimiento y sueñan con ayudar a otros migrantes

Foto @lechicfoodcart

Por Andrea Vásquez Triana | Focus Latinos

Con apenas 12 años, Alana y Arantza Urbina Ruiz decidieron que las vacaciones escolares no eran solo para descansar: también eran una oportunidad para crear. Hoy, con 14 años recién cumplidos, estas mellizas venezolanas no solo lideran un exitoso emprendimiento de carritos de comida para eventos en Miami, sino que además se han convertido en speakers de inspiración para jóvenes emprendedores, estudiantes disciplinadas y futuras filántropas con planes firmes de ayudar a otros migrantes a cumplir sus sueños.l

Su empresa, Le Chic Food Cart, nació de una promesa: si lograban destacarse académicamente, sus padres les permitirían emprender. Y así fue. Tras quedar en el Cuadro de Honor, la familia les compró su primer carrito. Lo que parecía un experimento de vacaciones pronto se transformó en un fenómeno de crecimiento sostenido: actualmente tienen seis carritos gastronómicos especializados —de hot dogs, chori panes, comida cetogénica, arepas y otros platos— que ofrecen servicios para eventos sociales y empresariales en todo el sur de la Florida.

De emprendedoras a conferencistas

El impacto del proyecto no se quedó en la cocina ni en los eventos. Alana y Arantza comenzaron a ser invitadas como speakers en conferencias de emprendimiento juvenil, donde cuentan su historia, explican cómo estructuran sus tareas entre la escuela y el negocio, y motivan a otros a pasar de la idea a la acción.

Las niñas combinan el aprendizaje práctico con formación académica adicional: actualmente toman cursos de marketing digital, liderazgo empresarial y desarrollo de marca, convencidas de que un negocio sólido no solo se construye con ganas, sino también con conocimientos.

@lechicfoodcart

Una fundación con propósito migrante

Con una mirada más allá del éxito personal, las hermanas Urbina Ruiz están desarrollando lo que será su próximo gran paso: la creación de la fundación LAC (Latinos con Acción), una organización pensada para brindar apoyo a migrantes que desean emprender en Estados Unidos, pero no saben por dónde empezar. La idea es ofrecer mentorías, capacitación y recursos básicos a quienes estén listos para transformar sus ideas en negocios viables.

“Queremos que otros también puedan hacer lo que les gusta y encuentren herramientas para empezar”, aseguran. Para ellas, el éxito no tiene sentido si no se comparte y multiplica.

Una lección para los jóvenes… y para los adultos

El caso de estas dos adolescentes desmonta excusas y pone en evidencia que el motor del cambio no es la edad, sino la determinación. En un país como Estados Unidos —donde las oportunidades existen, pero no se regalan—, su historia recuerda que la clave está en la disciplina, la formación y la acción.

“Estados Unidos es un país de oportunidades, sí, pero quien no se decide a buscarlas y aprovecharlas, simplemente no las va a encontrar”, explican. Ellas lo entendieron desde temprano, y por eso han sabido equilibrar el estudio con el trabajo, la creatividad con la estrategia, y la ilusión con los pies bien puestos sobre la tierra.

Hoy, Alana y Arantza no solo manejan un negocio rentable. También están construyendo una visión de futuro en la que quieren ser líderes, referentes y agentes de cambio para otros migrantes jóvenes como ellas.

Y todo comenzó con una promesa… y un carrito.


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