Caída en las ventas de Cerveza Modelo, demuestra el cambio en la economía latina en EE.UU

@cervezamodelomx

El nombre Modelo Especial se convirtió en los últimos años en un sinónimo de éxito en el mercado cervecero de Estados Unidos. Constellation Brands, propietaria de la marca, logró que este producto superara a competidores históricos como Bud Light, situándose en la cima del retail en ventas por valor. Sin embargo, en 2025 la historia empieza a mostrar grietas: una combinación de factores económicos, políticos y sociales ha provocado una caída en las ventas y un ajuste a la baja en las proyecciones de la compañía.

La noticia ha resonado con fuerza no solo en los pasillos de Wall Street, donde las acciones de Constellation llegaron a caer más del 6% sino también en barrios latinos de todo el país. La mitad de los consumidores de la marca son hispanos, y lo que está ocurriendo con la cerveza Modelo refleja un pulso más profundo: el impacto de las políticas migratorias, la inflación y los cambios de hábito de consumo en la comunidad latina.

El golpe a Constellation Brands

En su último reporte trimestral, Constellation Brands sorprendió a analistas e inversionistas al anunciar que las ventas de su portafolio cervecero —compuesto por Modelo, Corona, Pacífico y Victoria— habían tenido un desempeño más débil de lo esperado. La empresa redujo su guía de crecimiento para el año fiscal 2026, anticipando una caída en los volúmenes de entre el 2% y el 4%.

La explicación oficial incluyó varios factores: el endurecimiento de las medidas migratorias en EE. UU., la presión de los aranceles sobre la cerveza importada y sobre insumos clave como el aluminio, y la desaceleración en el gasto de los hogares latinos. En conjunto, estos elementos dibujan un panorama de incertidumbre que va mucho más allá de una sola marca.

Migración, miedo y consumo

Para comprender la caída de Modelo, hay que mirar hacia la comunidad que más ha impulsado su ascenso: los latinos. Aproximadamente la mitad de los compradores de este portafolio provienen de hogares hispanos, y en 2025 la tendencia de consumo muestra claros signos de cambio.

Los reportes de mercado revelan que las familias latinas están reduciendo la frecuencia de sus compras, espaciando las visitas a supermercados y licorerías, y disminuyendo el gasto promedio por visita. Además, las reuniones sociales —espacios naturales para el consumo de cerveza, como las carnes asadas, las fiestas de cumpleaños o las reuniones deportivas— se realizan con menor frecuencia o se organizan de manera más austera. En algunos casos, se sustituye la cerveza premium/importada por marcas más económicas o incluso por otras bebidas.

El miedo a las redadas migratorias y a las deportaciones masivas ha generado un clima de cautela. Los hogares con estatus migratorio mixto prefieren salir menos, compran en grandes cantidades para reducir las visitas a tiendas y se concentran en productos esenciales, dejando de lado categorías percibidas como discrecionales.

El peso de los aranceles

A este panorama social se suma el impacto de la política comercial. En 2025, la administración estadounidense impuso un arancel del 25% a la cerveza importada, lo que golpea directamente a marcas como Modelo y Corona, elaboradas en México. Al mismo tiempo, los aranceles al aluminio —insumo clave para la producción de latas— han encarecido los costos de producción. Aunque Constellation intentó trasladar parte de este incremento a los precios finales, la estrategia se encontró con un consumidor cada vez más sensible al precio.

Los aranceles han creado un efecto dominó: precios más altos que chocan con la capacidad de pago de las familias latinas, caída en los volúmenes de venta y presión sobre los márgenes de la compañía. En paralelo, competidores domésticos han aprovechado para reforzar su presencia con formatos más económicos y paquetes familiares de gran volumen.


Competencia y cambio de hábitos

La competencia no se queda de brazos cruzados. Marcas de lager ligera producidas en EE. UU. ofrecen paquetes de 24 y 30 unidades a precios más accesibles, ganando terreno en el segmento de consumidores que buscan maximizar cada dólar gastado. También se observa una migración parcial hacia alternativas como bebidas sin alcohol y ready-to-drink (RTDs), que capturan la atención de un público joven y más consciente de la salud.

El mix de canales también muestra diferencias: mientras el consumo en bares y restaurantes latinos se ha visto limitado por la incertidumbre migratoria y el menor poder adquisitivo, el canal de retail se mantiene más estable, aunque con tickets más bajos y rotación hacia productos en promoción.

Más allá de una marca: un termómetro económico

Lo que ocurre con Modelo es mucho más que una historia de mercado cervecero. Se trata de un termómetro del consumo latino en Estados Unidos. La comunidad hispana, que representa una de las principales fuerzas de crecimiento económico del país, está enviando señales de alerta.

El llamado “Latino GDP” ya supera los 4 billones de dólares, lo que colocaría a los latinos como la quinta economía más grande del mundo si fueran un país independiente. Sin embargo, el enfriamiento en categorías como bebidas alcohólicas premium/importadas no solo afecta a las grandes corporaciones: también impacta en cadenas de valor locales. Restaurantes, bares, licorerías y pequeños negocios en barrios hispanos dependen del flujo de clientes que compran cerveza junto con carnes, botanas y otros productos asociados a la vida social.

Cuando este consumo se contrae, la afectación se multiplica: cae la contratación de personal, disminuyen los ingresos de microempresarios dedicados a servicios de banquetes, música o fotografía, y se debilita el tejido comunitario que gira en torno a las celebraciones.

Escenarios posibles

De cara a los próximos meses, los analistas trazan tres escenarios:

  • Base (probabilidad mayor al 50%): La presión migratoria y los costos persisten. El gasto latino se estabiliza en niveles más bajos, privilegiando promociones y migrando parcialmente hacia marcas más económicas. Las ventas se mantienen planas o con una caída de hasta el 2%.
  • Alcista: Algún alivio en el frente legal o comercial —como la moderación de aranceles o mayor claridad jurídica— podría reducir la incertidumbre y permitir una recuperación en el consumo social. Esto abriría la puerta a un crecimiento bajo de entre 1% y 2% hacia la segunda mitad del año fiscal.
  • Bajista: Un endurecimiento sostenido de las políticas migratorias y nuevos incrementos arancelarios podrían acelerar el traslado de consumidores hacia alternativas más baratas, obligando a Constellation a recortar nuevamente sus proyecciones.

Recomendaciones y respuestas posibles

Frente a este escenario, los expertos recomiendan una serie de medidas:

  1. Ajustar precios y formatos: ofrecer presentaciones más accesibles, como paquetes de 12 o 15 unidades y latas sueltas a precios psicológicos por debajo de los 3 dólares.
  2. Fortalecer promociones: calibrar los calendarios de descuentos en función de fechas de pago y festividades latinas, conectando mejor con los ciclos de consumo de la comunidad.
  3. Diversificar portafolio: impulsar variantes bajas en calorías, cheladas y cervezas sin alcohol para atraer a segmentos que están migrando hacia alternativas más saludables o económicas.
  4. Apoyo comunitario: invertir en programas de responsabilidad social y en iniciativas que fortalezcan la relación con barrios latinos, desde patrocinios de servicios legales hasta educación financiera.
  5. Optimización de costos: implementar coberturas frente a la volatilidad del aluminio y revisar contratos de suministro para minimizar el impacto de los aranceles.

El caso de Modelo no es solo la historia de una marca que pierde ventas, sino el reflejo de cómo las dinámicas económicas, sociales y políticas afectan directamente a la comunidad latina en Estados Unidos. La caída en el consumo de cerveza importada muestra que el poder adquisitivo y la confianza de los hogares hispanos están bajo presión. También revela la fragilidad de un modelo de negocio excesivamente dependiente de un segmento que hoy se enfrenta a la incertidumbre.

Más allá de la coyuntura, la pregunta de fondo es cómo las empresas y los responsables de política pública van a responder a este desafío. Lo que está en juego no es solo el futuro de una marca líder en ventas, sino la capacidad de la economía estadounidense de sostener uno de sus motores más importantes: el consumo latino.

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