Anna Maria Oyster Bar: una joya gastronómica en la Florida que me conectó con mi niñez

Foto @focuslatinos

Por Andrea Vásquez Triana

Desde niña he sido una enamorada de las ostras. Crecí probándolas en las playas de Cartagena y el Rodadero, Colombia, junto a mi papá. Era casi un ritual: pedirlas frescas al señor del carrito de comidas playero, preparadas tipo coctel, bañadas en salsa de tomate, limón, sal y pimienta. Mientras algunos de mis hermanos se negaban a probarlas, yo disfrutaba no solo el sabor, sino la conexión con mi papá, que también las adoraba. Ese plato, aparentemente sencillo y no siempre atractivo a la vista, ha sido uno de mis favoritos de toda la vida.

Con esos recuerdos a cuestas, llegar a cualquier lugar en donde se sirvan mariscos, significa abrirme a nuevas experiencias gastronómicas, y claro en La Floroda descubrí los restaurantes Anna Maria Oyster Bar, un nombre que me llamó la atención desde el principio, pues parecía prometer ese reencuentro con uno de mis sabores más entrañables. Ubicados en lugares icónicos como Bradenton, Sarasota, Ellenton, Cortez, University Town Center (UTC), North Port y, por supuesto, en el histórico muelle de Anna Maria Island, los AMOB (Anna Maria Oyster) son mucho más que un restaurante: son un homenaje a la tradición y frescura costera y a la creatividad culinaria.

Mi visita fue una de las experiencias más gratificantes que he tenido en Estados Unidos. No solo pude revivir aquel plato de mi infancia, sino descubrirlo en nuevas versiones que jamás había imaginado: ostras gratinadas con queso azul, con parmesano y limón, o acompañadas de salsas que potencian su sabor. Cada bocado fue un viaje entre la nostalgia y la sofisticación gastronómica. Los disfrute como la niña que mueve sus pies de un lado a otro porque la silla es alta mientras mira el rostro de su padre viéndola comer esos «animales raros».

Otra buena experiencia es la relación calidad-precio que merece destacarse. Si en Bogotá, por ejemplo, un plato de una docena de ostras en la zona T puede costar entre 250.000 y 300.000 pesos colombianos, aquí se puede disfrutar por 30 a 35 dólares, con la certeza de que lo que llega a la mesa es producto muy fresco de una cocina que ha llevado este manjar a un nivel máximo de excelencia.

Pero más allá del sabor, lo que convierte a Anna Maria Oyster Bar en uno de mis recomendados personales es la experiencia completa: la calidez de la atención, el ambiente familiar y alegre, y esa sensación de estar en un lugar que celebra la vida y la buena mesa.

https://facebook.com/events/s/rollback-day/1108619014103725

Este año, además, los AMOB celebran 30 años de historia, y lo hacen con un calendario especial de eventos durante septiembre:

  • Rollback Day (15 de septiembre): precios retro de 1995 en platos icónicos como el Popcorn Shrimp y el Fish & Chips.
  • Taste of UTC (1 al 15 de septiembre): menús especiales de almuerzo y cena en la sede University Town Center.
  • Bourbon and Bow Ties (17 de septiembre): una velada elegante con degustación de bourbon, subasta y concurso de moños.
  • Curated Crustacean Dinner (28 de septiembre): cena exclusiva en AMOB Landside para apoyar causas benéficas.
  • Drink Pink (del 23 de septiembre al 31 de octubre): cocteles especiales en apoyo a la lucha contra el cáncer de mama.

Como periodista y como amante de la gastronomía, puedo decir que este lugar se ha convertido en uno de mis destinos favoritos en cada viaje que emprendo. Y más allá de mi labor en Focus Latinos, lo recomiendo de corazón a todo aquel que visite esta región de la Florida. Anna Maria Oyster Bar es un espacio donde la tradición se encuentra con la innovación, donde los recuerdos se mezclan con nuevas experiencias, y donde, sin duda, uno siempre quiere volver.

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